20 años


20 años, 20 años del giro más grande que ha dado mi vida. Y pensareis, la vida da muchas vueltas, sí pero no como esa vez. La vida es un constante giro de idas y venidas, a veces estamos arriba, a veces estamos abajo, pero nunca nos rendimos y seguimos. 
Como solemos decir todo vuelve porque estamos en un círculo constante que no deja de girar hasta el día que todo acaba. Hay momentos y personas que vienen, se van y luego vuelven a venir. Hay momentos que revivimos constantemente porque seguimos en nuestro círculo, girando y girando, pero lo que os vengo a contar hoy no es cómo va la vida que eso ya sabemos todos de que va, si no lo que ocurrió hace 20 años.
Una niña de 8 años recién cumplidos, una niña con su hogar, su familia, sus sueños, lo que todas creemos que tenemos de pequeñas, un cuento de princesas. De repente de la noche a la mañana todo ese cuento de princesas desaparece, todo se cae, ni hay hogar, ni familia, ni sueños.
Se queda todo en nada y ahí es cuando sin saberlo te toca crecer y madurar antes de tiempo.
Dejas de jugar con muñecas, dejas de ser una niña para convertirte forzadamente en una adulta. Y aprendes mucho antes que las niñas de tu edad de que va la vida, aprendes cosas de los adultos sin quererlo pero tienes que hacerlo y lo más duro de todo aprendes a estar sola y ese es el mayor de los miedos que tenías, estar sola.
Los años fueron pasando y la niña que tenía su castillo empezó a construir su fortaleza, su coraza para que nada ni nadie le volviera a hacer daño, pero los sueños se quedaron en el aire.
A los 6 años de todo eso cuando piensas que tienes la lección aprendida y crees que nada más te puede pasar porque has ganado, te das cuenta que no es así. Y te toca irte de allí, dejar tu casa, tu ciudad, tus amigos, tu familia y ahí no se te cae la fortaleza no, ahí se te cae el mundo entero y toca volver a empezar con más fuerzas que nunca, fuerzas que no sabes de donde sacas, pero salen.
Y así vas por la vida, con pies de plomo, preparándote para lo que tenga que venir y sin rendirte. Siguen pasando los años y 14 años después te das cuenta que los amigos verdaderos son los que dejaste allí, en tu ciudad, que un amigo de verdad no te hace daño, no va con una cara y a la espalda te clava el puñal porque un amigo de verdad no hace eso. Y una vez más toca sacar fuerzas de donde ya no tienes, sin ganas, toca mirar al frente y pensar que todo pasa por algo, pero por desgracia te vuelves más fría, más egoísta, por así decirlo mala, aunque en el fondo sabes que si te piden no sabes decir que no. Es una coraza que te haces nuevamente para que nada ni nadie te vuelva a dañar porque te cansaste de estar tantos años así, luchando en vano, haciendo todo por los demás y nada por ti, haciendo feliz a los demás pero no a ti y 20 años después del comienzo de todo es cuando te sientas y te dices a ti misma, se acabó.
Ahora más que nunca toca mirar solo por y para mi, que quién quiera venir aquí estaré pero que la niña de hace 20 años ahora es una mujer que lucha día a día por su felicidad, por sus sueños.
Quizás todo esto me haya pasado porque lo merezco, porque como yo digo el karma está ahí, y al final todos pagamos y esas vueltas que da la vida son para algo, para que quizá paguemos por el daño causado. Y tengo la tranquilidad que el karma nos llega a TODOS, también creo en las segundas oportunidades, en el perdón pero sobre todo creo que tarde o temprano las mentiras mueren, la verdad sale, la vida sigue y ojalá pudiera volver allí con mi gente, con mi familia, a mi ciudad……
Lo que sí puedo decir bien alto y claro es que pase lo que pase, siempre estaré aquí para quien me necesite.

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